Elegí el tema de la inmigración más que nada porque a mí me afecta personalmente. Soy rumana y llevo viviendo aquí relativamente poco tiempo y me es muy familiar el tema de la integración de los extranjeros que vienen aquí, tanto de las personas mayores, como de los jóvenes.
Cobo Calleja es el chinatown de Madrid. Elegí este polígono porque no había ido antes de este fin de semana allí y por las diferencias y similitudes que hay entre las dos nacionalidades.
Fue una experiencia realmente interesante. Fue como adentrarse en un mundo aparte y, por un momento, te olvidas de que estás en España. Me impresionaron los pocos caracteres latinos en los posters, en los anuncios, en los nombres de las tiendas, etc. Todo, absolutamente todo está en chino.
Esto tampoco era totalmente nuevo para mí. Cuando vivía en Coslada, había una zona en la que la mayor parte de la población era rumana, tenían su propria plaza, sus tiendas de productos “made in Romania”, etc. Los anuncios de alquiler de pisos y los de buscar trabajo también estaban escritos en rumano y hasta en el ayuntamiento los carteles siguen siendo bilingües.
No sabría si considerar este fenómeno como uno de preservar tus proprias raíces o guardar contacto con gente que comparte las mismas costumbres que tú o simplemente no querer integrarse. Este tema invita a reflexionar muchísimo y claro está que no se puede generalizar y que todo depende de la persona pero, personalmente, creo que es un poco de los dos casos.
Intenté expresar en las fotos que presenté el caos de las calles en las que los carteles y el resto de los grafismos son incomprensibles para las personas ajenas a la comunidad asiática y sus maneras de decorar los escaparates de las tiendas y las calles. Me interesaron también los anuncios para buscar trabajo pegados en la estación del autobús que suelen pasar desapercibidos. En ellos, no especificaban el sector en el que querían trabajar; lo daban por sobreentendido. El resto no tenían ni siquiera alguna palabra en castellano.
De experiencias así se aprende bastante. Observar y analizar son dos acciones que nos ayudan a comprender mejor la sociedad en la que vivimos. De mi experiencia personal como extranjera aprendí a integrarme, relacionarme con personas de otra cultura no muy distinta de la mía, aceptar sus costumbres, etc. Visitando Cobo Calleja y tomar contacto con una cultura asiática me ha aportado mucho más conocimiento sobre la inmigración y me hizo estar más conciente de este fenómeno y su influencia en la sociedad.